Páginas extraídas del diario de Nara Funés.
Encontrado a finales de septiembre.
Viernes 17
Soren y yo acabamos de llegar a la zona de acampada. Para nuestra sorpresa hay varias tiendas esparcidas por el claro. La última vez que vinimos estuvimos solos, por eso insistí en venir aquí, necesito unos días a solas con él para contárselo todo.
Hemos colocado nuestra tienda en una zona tranquila con pocos vecinos. Al rato de estar por aquí se nos ha acercado la pareja que está en la tienda más cercana. Ivar parece enérgico y muy dicharachero y Queta se muestra más tímida, aunque habla con una gran dulzura. Ambos irradian un gran carisma. Nos han invitado esta noche a compartir con ellos su barbacoa. Soren no ha dudado en decir que sí ni un segundo, aunque a mí no me apetece nada, la verdad.
Sábado 18
Anoche lo pasamos realmente bien. Me alegro de haber ido a la barbacoa. La comida estaba deliciosa y la pareja resultó ser muy divertida. Ivar nos propuso ir hoy de excursión con ellos, pero antes de que Soren pudiera contestar, dije que teníamos ya planes para hoy. Ya en nuestra tienda, Soren me lo recriminó, pero yo le recordé que veníamos a este lugar a estar solos los dos, que para estar con más gente nos quedábamos en la ciudad. Aunque nos fuimos a la cama enfadados, esta mañana nos hemos reconciliado.
Tras el desayuno, hemos cogido una mochila con algo de agua y comida y nos hemos ido a pasar el día a la cascada que hay cerca de aquí. Soren no ha dejado de comentar la cena de anoche y lo encantadores que son Ivar y Queta. La verdad es que esperaba que la conversación fuera por otro sitio, pero no he podido cambiar de tema en ningún momento. Mientras nos bañábamos en el lago me ha parecido oír un ruido como de golpes pero el sonido del agua no me ha permitido escucharlo con claridad. Supongo que sería algún animal merodeando por la zona o algún campista haciendo una excursión.
Al llegar a la tienda, nos han vuelto a invitar esta noche. Espero que esto de las barbacoas nocturnas no se convierta en una rutina mientras estemos aquí.
Domingo 19
Anoche se alargó la barbacoa hasta bien entrada la madrugada. Había comida para, al menos, 8 personas a pesar de ser solo 4. Insistieron en que nos lleváramos las sobras, pero empiezo a estar harta de tanta carne. Durante la cena Soren apenas me hizo caso, solo tenía ojos para Ivar, así que estuve hablando casi todo el rato con Queta. Tiene una forma de hablar tan dulce que parece sacada de un cuento infantil. Cuando volvimos a la tienda le pregunté a Soren qué opinaba de ellos y me contestó que estaba encantado de haberlos encontrado.
Hoy el claro parecía, por fin, más vacío. Supongo que al ser domingo mucha gente se habrá vuelto a la ciudad tras el fin de semana. Nosotros nos quedaremos aún unos días más y, por lo que parece, Ivar y Queta también se quedan.
Durante el día he intentado armarme de valor para contárselo todo a Soren porque no puedo soportar guardar el secreto por más tiempo. Cuando por fin me he decidido, ha aparecido Queta por nuestra tienda para traernos unas moras que ha recogido por la mañana. Esta noche, por supuesto, tenemos de nuevo barbacoa con ellos.
Lunes 20
Empiezo a estar realmente harta de estos dos. Ojalá se marchen pronto y nos dejen estar a solas de una vez. Anoche Ivar le propuso a Soren un día de chicos para hoy. Ellos dos solos, pescando en el río todo el día. Me molestó mucho que Soren aceptara tan rápidamente. Parece que se olvida de mi por momentos. Por supuesto, esta noche volvemos con ellos a cenar, aunque al menos cambiaremos el menú.
Esta mañana, al rato de que se fueran, ha venido Queta a proponerme una excursión a recoger fruta «para acompañar la captura de hoy» he rechazado la oferta alegando que no me encontraba demasiado bien y que me iba a pasar el día leyendo.
Cuando he visto que se iba a por el acompañamiento para esta noche he cogido mi mochila con este diario dentro y me he ido sola por el bosque. Necesitaba aclarar mis ideas. Hoy después de cenar se lo pienso contar todo a Soren de una vez por todas.
Al volver a la tienda Soren no estaba, por lo que he supuesto que estaría con nuestros nuevos amigos. Me he dirigido hacía allí pero no lo he encontrado. Ivar sí que estaba y me ha dicho que se habían separado al volver porque Soren quería pasear un rato a solas antes de cenar. Me he quedado con ellos.
Martes 21
Estoy muy preocupada. Soren no regresó anoche. Además hoy en el claro ya solo quedan la tienda de Ivar y Queta y la nuestra. No tengo a mucha gente a mano para empezar una búsqueda por el bosque. Aunque ellos se han ofrecido a ayudarme. Nos hemos dividido. Queta y yo buscaremos por la cascada e Ivar volverá por la zona en la que estuvieron ayer.
Ahora mismo no sé qué pensar. Queta ha intentado golpearme con una rama ¿o ha sido un accidente? Me he alejado de ella con la excusa de ampliar la zona de búsqueda de Soren.
¡Oh Dios mío! Estoy segura de que ellos le han hecho algo a Soren. Al alejarme, Queta ha vuelto hacia el claro y la he seguido. Cuando se ha encontrado con Ivar he oído como hablaban de mí y de Soren. Queta le ha dicho que no se preocupara, que traería la carne para la barbacoa de esta noche igual que él trajo la de las noches anteriores. Tengo que salir de aquí pero tengo todas mis cosas en la tienda y no puedo acercarme a ella. Esperaré a que salgan a buscarme y cogeré al menos las llaves del coche para poder largarme de aquí y avisar a la policía. Si no lo consigo, espero que este diario sirva como prueba para que los pillen.
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